La gran diversidad cultural, lingüística, ecológica y geográfica de nuestro país, junto a otros países andinos como Bolivia y Ecuador, por ejemplo, nos abre la posibilidad de asumir retos y desafíos tanto a nivel regional como nacional respecto a la educación y al fortalecimiento de nuestra identidad nacional. En este sentido, la riqueza de la diversidad de nuestro país y de nuestras regiones debe servir para construir una identidad nacional a partir de nuestras diferencias y con una “Educación para Todos” conectada a las necesidades, intereses y demandas de sus pueblos.
En esta
perspectiva, la diversidad ya no debe ser más soslayada, menos invisibilizada por
el Estado; por el contrario, a partir de este escenario real construyamos un
Estado-nación más inclusivo, más intercultural y revalorando nuestra cultura
ancestral para a partir de allí integrarnos a la sociedad global, con identidad
y con valores de respeto, afecto y solidaridad, características de nuestra
cultura andina y amazónica, que de un tiempo a esta parte se viene perdiendo de
manera acelerada.
En este contexto,
la EIB debe contribuir a mejorar la calidad de la educación en nuestra región,
y en el país, no solo para contextos rurales donde la lengua indígena es más
evidente, sino también para poblaciones urbanas que muestran cada vez más un
panorama sociolingüístico distinto que merece una atención desde el enfoque de Educación
Intercultural Bilingüe, no porque la normativa lo diga, sino por la exigencia
de la realidad cultural y lingüística y de nuestro contexto sociocultural
inmediato.
Es preciso, sin
embargo, considerar, de manera específica, los diversos contextos y realidades,
así como las demandas de las comunidades y actores educativos para impulsar un
proyecto educativo con participación directa de sus actores y conectado al
proyecto regional y local; de esta manera, los procesos educativos e
innovaciones pedagógicas tendrán una sola orientación y una visión intercultural
del conjunto de la sociedad.
De esta manera,
la “Guía de Articulación de Procesos Pedagógicos entre el II ciclo (5 años) y
el III ciclo (1º y 2º grado) con enfoque de EIB”, nace de una necesidad
pedagógica y de un vacío que es necesario cubrir con una propuesta sugerente e
importante para nuestro trabajo pedagógico en aula desde una mirada
intercultural, propiciando la articulación pedagógica entre los niveles de
inicial y primaria, principalmente. Pero esta Guía también orienta un proceso
mayor de articulación entre los tres niveles de la EBR, para unir esfuerzos y
aportes desde nuestras experiencias de aula para mejorar los aprendizajes y
fortalecer la identidad cultural y lingüística de nuestros niños, niñas y
jóvenes de nuestra comunidades y localidades. Vista así, la tarea es difícil y
compleja, pero al mismo tiempo tiene la satisfacción de que cada docente pueda
aportar con su esfuerzo al cambio y transformación educativa, proponiendo y
desarrollando proyectos de innovación, participando en procesos de formación
docente en EIB, planteando propuestas a partir de la experiencia en aula, y
liderando procesos de cambio educativo con un per l de docente más
propositivo, y más investigador.
El documento que
presentamos para que los docentes lo trabajen y lo mejoren ha sido elaborado
con el objetivo de sumar esfuerzos para construir una propuesta educativa
intercultural acorde a nuestra realidad sociocultural, pero con la necesidad de
darle al docente de aula “andamiajes” para orientar procesos educativos pertinentes
a partir del cambio de actitud y cambio metodológico, como parte de la afirmación
cultural que es necesario fortalecer para encaminar un currículo pertinente en
nuestros contextos.
El reto y el
desafío para mejorar la educación de nuestro país está ahí cada día, y ese reto
los docentes lo asumimos con fortaleza y con sabiduría, pues sabemos que lo que
hagamos y sembremos hoy lo cosecharemos y lo disfrutaremos mañana.
Los autores
DIGEIBIRA-MINEDU.
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